Crítica Gastronómica Coruña

En la zona V.I.P de los restaurantes coruñeses se aloja este establecimiento de reciente creación (llevará más o menos un año). El local esta decorado en maderas dando una sensación elegante pero un poco fría, tirando hacia ese conlor wenge tan de moda hoy en día. El sitio adolece del principal problema de los sitios de la marina, es caro para la comida que te ofrecen. Si bien es cierto que los alquileres son caros y hay que amortizarlos, el cliente no tiene la culpa de esto. Esto ha llevado a que la marina sea un sitio principalmente destinado a gente que quiere dejarse ver y a "guiris", dado que está muy próxima al puerto de trasantlánticos y al puerto deportivo.

En fin, vayamos a la comida. Uno de los problemas en los que falla este sitio es la tardanza. No es comprensible que un domingo sin gente tarden 45 minutos en traernos el segundo entrante. De todo lo que hemos probado en la carta en dos visitas, tan solo destacaría como aceptable un plato, el resto se muestran claramente como insípidos, en especial las croquetas, que no llegan al nivel de croquetas de bar. Destacar la carta de vinos, tanto por su extensión (larga), como por su precio (exagerado). No son de recibo los precios de esta carta, ya que está sobrevalorada, así a ojo, casi un 50% con respecto a otros sitios que frecuentamos habitualmente.